fPara Educadores

Liderar con el Corazón

Las historias pueden conectar con nuestras emociones más profundas, activar hormonas y conectar con nuestros valores fundamentales. Por esta razón, es importante abordar el intercambio de historias con responsabilidad. Hemos reunido algunos consejos para facilitadores sobre cómo crear y fomentar un espacio seguro y acogedor donde todos se sientan cómodos compartiendo. Aprende cómo hacer que compartir historias sea una experiencia positiva y respetuosa.

Espacio seguro

Crea un ambiente donde las personas se sientan respetadas, aceptadas y libres de expresarse sin miedo a ser juzgadas, a la discriminación o el daño

Un espacio seguro es un entorno físico o emocional que fomenta un diálogo abierto, inclusivo y respetuoso. En un taller de intercambio de historias, este espacio debe ser creado colectivamente por facilitadores, participantes y organizadores, pero son los facilitadores quienes guían el proceso, marcan el tono y garantizan que todos se sientan escuchados, valorados y respetados.

  • Anima a los participantes a establecer y respetar sus propios límites. Compartir siempre debe ser voluntario, y nadie debe sentirse presionado a revelar algo o hacer algo con lo que no se sienta cómodo. Se debe animar a los participantes a expresarse y establecer sus límites, sabiendo que no habrá consecuencias negativas por expresarse tal y como uno es.

  • Practica una escucha empática y sin pre-juicios. Céntrate en comprender y escuchar en lugar de interrumpir u ofrecer soluciones, a menos que te lo pidan explícitamente. Escucha las historias que se comparten, no solo tu propia reacción a lo que se está diciendo.

  • Asegúrate de que los participantes comprendan el propósito y las condiciones de la actividad propuesta. Recuérdales que pueden rechazar participar, compartir sus historias en sus propios términos, omitir preguntas o dejar fuera partes de sus historias sin sentirse presionados. “Siempre puedes pasar; no serás calificado ni juzgado por lo que elijas compartir o no compartir”.

  • Fomenta una cultura de confidencialidad, asegurando que las historias compartidas dentro del grupo permanezcan en privado y no se divulguen a nadie fuera de él. Lo que se dice en el taller, se queda en el taller.

  • Evita juzgar las experiencias, creencias o estilos de narración de los demás. Fomenta un ambiente inclusivo y de apoyo.

  • Al escuchar, acércate a cada historia con amabilidad y comprensión, teniendo en cuenta las necesidades emocionales y experiencias de los demás.

  • Invita a los participantes a involucrarse según su nivel de comodidad, ya sea compartiendo sus historias, escuchando activamente o simplemente observando.

  • Siempre respetamos cuando alguien necesita un descanso, quiere retirarse o hacer una pausa, sin cuestionar esa decisión. Los participantes son bienvenidos a salir de la sala sabiendo que la actividad puede continuar sin interrupciones. Nadie está obligado a sentirse incómodo por el bienestar de los demás.

  • Usamos un lenguaje inclusivo y afirmativo que apoya y valida la identidad y las experiencias de todos los participantes. Los errores pueden, y van a ocurrir. Dar a los demás la oportunidad de aprender y cambiar.

  • Crea un espacio físico que sea cómodo y que permita a todos sentirse a gusto y plenamente involucrados.

  • Anima a los participantes a contribuir y establecer nuevas pautas que ayuden a fomentar un espacio seguro y de apoyo para todos.

Intercambio de historias responsable

Consentimiento informado

Al invitar a otros a compartir sus historias, proporciona información clara sobre cómo se utilizarán y obtén su consentimiento antes de proceder. Los narradores deben comprender cómo se almacenarán, compartirán y manejarán sus historias. Es fundamental respetar su privacidad, ofrecer la opción de mantenerse anónimo o de retirarse, y garantizar la confidencialidad. Lo más importante es que el consentimiento solo es válido si está completamente informado.

Derechos de autor

La propiedad de una historia es un derecho básico del narrador. Las personas son dueñas de sus propias historias y deben ser reconocidas como creadoras. Siempre pide permiso antes de compartir la historia de una persona con otros y dale crédito si está permitido, respetando la elección de mantenerse anónimo.

Agencia del narrador

Los narradores deben sentirse libres de elegir qué historia comparten, cómo la comparten y cómo desean ser representados. Es importante crear un espacio seguro y de apoyo que respete sus decisiones y los empodere. Esto incluye el derecho a omitir preguntas o dejar de compartir en cualquier momento.

Mensajes subliminales

Ayuda a los narradores a mantener claridad e intención en sus mensajes. Anímalos a ser auténticos y honestos, pero también a reflexionar críticamente sobre el propósito de su historia, su audiencia y su posible impacto. Guíalos para evitar ambigüedades, simbolismos involuntarios o estereotipos. Apóyalos en la elección de palabras que conecten con las emociones que desean evocar. Promueve una narración ética libre de mensajes o ideas ocultas.

Trabajar con grupos vulnerables

  • Hacer que los eventos y talleres sean accesibles es, a menudo, más alcanzable de lo que muchos educadores creen. Planificar una actividad o taller con anticipación permite identificar y eliminar barreras que impiden la participación. Siempre es recomendable proporcionar información clara sobre las características de accesibilidad para los posibles asistentes. Por ejemplo, considera si el evento es apto para niños o si se adapta a personas neuro diversas. Asegura el acceso para personas con movilidad reducida, opciones accesibles de transporte público y la disponibilidad de múltiples formatos de comunicación. Comunica claramente dónde se llevará a cabo el evento y ofrece indicaciones si el acceso a la ubicación puede llevar a confusión.

  • Al dirigirse a grupos específicos, busca el apoyo de especialistas, líderes comunitarios, traductores u otros profesionales para mejorar la accesibilidad. Explora formas inclusivas de hacer que diversos grupos se sientan bienvenidos y motivados a participar plenamente.

  • Incluye diversas tradiciones de narración. Anima a los participantes a compartir sus tradiciones y valores culturales, permitiéndoles dar forma al marco de la actividad. Reconoce que la narración abarca tradiciones orales, poesía, canto, danza, arte visual y medios digitales, brindando a los participantes la libertad de elegir su medio preferido. Este enfoque inclusivo fomenta la empatía y profundiza la comprensión cultural.

  • Anima a los participantes a usar su lengua materna en la narración de historias, ya que esto preserva la cultura, fomenta la autenticidad y fortalece la identidad.

    Crea un espacio acogedor para todos los idiomas, ofreciendo servicios de traducción o apoyo cuando sea necesario. Promueve la curiosidad por los idiomas menos conocidos y fomenta la colaboración a través de actividades con objetivos comunes que ayuden a superar las diferencias lingüísticas.

    Puede empoderar a un grupo aprender a superar las barreras del idioma juntos, utilizando lenguas compartidas, así como aplicaciones que puedan ayudar a la traducción, como la herramienta de traducción de Google. Aprovecha las habilidades de los participantes para facilitar la inclusión.

  • Brinda orientación clara sobre la actividad y el espacio. Antes de comenzar, explica el cronograma, los detalles del lugar (baños, comida, descansos) y las preferencias de asientos (por ejemplo, mirando hacia la pared, la puerta o la ventana). Describe las rutas accesibles y las salidas. Tener expectativas claras ayudará a los participantes a sentirse cómodos y seguros en el nuevo espacio. Incluso para los asistentes habituales, establecer pautas de comportamiento garantiza un ambiente acogedor para todos.

  • El uso de objetos, estímulos y actividades que no impliquen narración puede reducir la presión y hacer que la experiencia sea más relajada. Actividades como manualidades, garabatear o dibujar pueden calmar los nervios, mientras que los objetos y estímulos generan conversaciones atractivas y divertidas. Las imágenes también ayudan a expresar emociones, valores y sueños sin necesidad de palabras. Algunas personas pueden sentirse más cómodas compartiendo sus historias mientras realizan otras tareas, por lo que incorporar actividades prácticas puede fortalecer los lazos sociales y generar confianza.

  • Después de compartir, fomenta un espacio seguro para la reflexión, reconociendo la valentía de quienes participaron. Verifica el bienestar emocional y ofrece apoyo si es necesario. Resalta los temas comunes para fortalecer la conexión y concluye con gratitud por la participación, brindando una oportunidad para la conversación informal.

  • A menudo asumimos que sabemos qué es lo mejor para nuestro grupo de taller, pero la retroalimentación de la comunidad puede aportar ideas valiosas. Involucrarlos no solo ayuda a satisfacer sus necesidades, sino que también fomenta un sentimiento de pertenencia y conexión con el proceso.

  • Únete y organiza talleres para educadores y líderes comunitarios para perfeccionar habilidades y fortalecer la confianza en la facilitación de actividades de intercambio de historias. Aprende sobre técnicas de apoyo y enfoques ético para abordar el trauma y para fomentar una narración ética y compasiva, y empoderar a todo tipo de voces en la sociedad.